domingo, 30 de diciembre de 2007

Caserita y el Lobo

Había una caserita joven y hermosa que vivía sola en el bosque. Tenía unas vaquitas a las que cuidaba y un huerto que mimaba todos los días. Ella bajaba al pueblo a vender las hortalizas que cultivaba y la leche que le daban sus vaquitas. Vivía de eso. Todo el pueblo le compraba, porque era tan amble y bella como jamás nadie había conocido en aquel encantador pueblo.
La caserita, cuando había vendido todo lo que había bajado al pueblo, se volvía sola a su casa del bosque.
Un día, volviendo a su casa, divisó un lobo entre los árboles. Ella se quedó quieta, mirándole, hasta que el aire cambió de dirección y el lobo la olió. El le miró directamente a los ojos y ambos estuvieron así por unos instantes, hasta que la caserita reanudó su camino porque estaba anocheciendo.
Muchas veces más se encontraron en el camino de vuelta de la caserita y, ésta le dejaba trocitos de carne a los que más tarde él se acercaba para devorar. Con el tiempo el lobo se fue acercando más y más y ambos fueron perdiendo el miedo que se tenían mutuamente.
Sin saber como, llegaron a un punto en que se veían casi todos los días y deseaban que ese encuentro llegara. El lobo se preguntaba cómo podía ser que una caserita tan hermosa, por dentro y por fuera, viviera sola y le tuviera tantas veces a él por compañía. Aunque se lo podía imaginar, porque él estaba también en una situación muy parecida.
Sabían pocas cosas el uno del otro. Pero lo que sabían con toda seguridad es que querrían seguir viéndose día tras día.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas veces es más fiel la compañía de los animales que la de los humanos. Cuando uno camina sólo por el monte (sobre todo de noche) teme más al acecho de alguna persona transtornada que a la de cualquier bestia.
Los animales son sabios....

Anónimo dijo...

Por cierto, veo que te gustan los lobos.
Por mucho que les pese a muchos, el lobo vuelve. En Alaba ya se han visto algunos ejemplares, espero dentro de algunos años saber de ellos en Aralar, Aizkorri o Aiako Arriak. Y que los responsables de tratar el tema lo hagan con la sabiduría suficiente para que la caserita y el lobo convivan en armonía.

la danza de la vida dijo...

Bella, dulce, y triste historia, dos almas solitarias que se encuentran, que se aman, pero solo pueden compartir su amor en los silencios del bosque...

Usul dijo...

juo mike: Siempre son menos peligrosos y mucho más predecibles que los humanos. Ojalá volvieran de nuevo a toda la península.

Danza: Has hecho que se me saltaran las lágrimas. Has tocado mi corazoncito.