viernes, 8 de agosto de 2008

Bosques

Según avanzaba su viaje, se iba adentrando en los bosques más cerrados y mágicos que hubiera conocido jamás. Cuando contempló algo más de aquellos parajes, comprendió el amor que le profesaban a esa tierra sus hijos. Un amor indescriptible hacia la tierra que les vio nacer, amor a la belleza de sus picos y valles, al verde frondoso y al azul profundo, al negro de las rocas y el blanco de las nubes.
Amor a la belleza salvaje.
31/07/08

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