domingo, 6 de julio de 2008

Hoy Volé

Sintiendo el viento en todo mi cuerpo, extendí mis brazos para notar el viento entre mis dedos. Cerré los ojos y en décimas de segundo, mi cerebro me transportó al cielo. Mis brazos, ahora alas, giraban para tomar las corrientes de aire y mantenerme en el cielo. Era un pájaro que desde el cielo me contemplaba a mi mismo, con los brazos extendidos, caminando.
No fue una sola vez y en todas un escalofrío recorrió mi cuerpo y me erizó el vello.

¿Se puede pedir algo más?
Imagino que sí, porque muy pocas veces el ser humano está contento con lo que tiene.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si tienes un ratito libre, quizás te apetezca leer esto...


http://brulay.blogspot.com/2007/08/los-humanos-somos-animales-guays.html

guarda cierta relación.