Durante dos días todo fue idílico y sospechosamente perfecto.
Sospechosamente...
Todo se aclaró al despertar. No había sido más que un sueño y ahora ni siquiera sé si mi musa es o fue real.
Es un ente etéreo, lejano y perfecto. Tal vez si alguna vez intentase acercarme, se desvanecería como la bruma en la brisa del alba.
Al menos la noche será mi aliada.
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