
Porque creemos que somos libres. Una Mierdaaaaaaaaa.
No, no nos engañemos, no somos libres. Estamos atados a nuestro trabajo, a nuestra ciudad, a la necesidad del dinero (puto dinero).
Si de verdad fuéramos libres podríamos ir donde nuestros sentimientos y deseos nos llevaran, pero no es así.
Demasiadas cosas en la cabeza, demasiados patrones ya establecidos, demasiadas prioridades jerarquizadas, en las cuales no suelen estar los sentimientos de los primeros.
En fin:
Libertad para Todos